Descripción: Esta buena práctica consiste en la creación por iniciativa del gobierno local de Glasgow de varias empresas cooperativas y sociales, cooperativas sostenibles y la creación de un fondo económico de desarrollo empresarial para actuaciones de emprendimiento social, innovación, creación de empleo, asesoramiento laboral, cooperación empresarial, fomento de redes e intercambio de experiencias… En definitiva, el desarrollo de varias prácticas de innovación social y fomento de la economía local, la innovación comunitaria y la transferencia de conocimiento para ayudar a sus habitantes e impulsar nuevos modelos de codiseño de comunidades y servicios públicos.

El objetivo de esta práctica es fomentar y desarrollar una cultura de asociación y ayudar al sector cooperativo de la ciudad a prosperar y crecer gracias a un acceso más fácil a financiación y a redes, atendiendo además a criterios como la sostenibilidad medioambiental, la cohesión social y el desarrollo empresarial a través de servicios codiseñados y cocreados.

Co-operative Glasgow pretende aumentar la productividad, los ingresos, la innovación y la supervivencia de sus empresas y comercios a través de la colaboración, la creación de economías de escala y el aumento de las actitudes hacia la innovación y las actividades empresariales desde nuevas metodologías de financiación y gestión local. Uno de los puntos más importantes fue la creación de un fondo de desarrollo de negocios cooperativos para la subvención de empresas sociales, cooperativas y mutuas basado en la participación de varias organizaciones del sector público, ONGs y de los habitantes de la ciudad, quienes pueden influir en las financiaciones comunitarias a través de la elaboración participativa de sus presupuestos y de la contratación pública.

A partir de esta iniciativa se han conseguido varias cooperativas como: (i) una cooperativa juvenil de viviendas comunitarias; (ii) una cooperativa dirigida por estudiantes dentro de la Universidad de Strathclyde para desarrollar soluciones de TI basadas en la industria; (iii) una red de colaboración, FareShare Glasgow, para la distribución de alimentos donados por fabricantes y supermercados a organizaciones que apoyan a personas con bajos ingresos; y (iv) una cooperativa energética, Glasgow People’s Energy, para ofrecer asesoramiento, información y apoyo energético a individuos y empresas con dificultades de acceso económico a la energía. Cabe destacar que el 80 % de las cooperativas creadas o apoyadas por esta práctica se localizan en las periferias más desfavorecidas.

Resultados: En 2017, se había financiado a 56 cooperativas para el desarrollo empresarial de Glasgow, 11 de ellas nuevas empresas cooperativas, mediante la inversión de algo más de 830 000 € y consiguiendo un aumento de la facturación de poco más de 7 700 000 € en el sector de empresas sociales y cooperativas de la ciudad. También la creación de 75 nuevos puestos de trabajo y el mantenimiento de 250 puestos aproximadamente. Finalmente, se ha mejorado el acceso a financiación de cooperativas sociales mediante la creación del fondo económico de desarrollo empresarial.

Esta práctica recibió el Premio Eurocities 2016 en la categoría de Innovación