Descripción: Esta buena práctica se refiere a la cesión temporal de solares municipales en desuso o infrautilizados a organizaciones y asociaciones sin ánimo de lucro para que desarrollen usos y actividades temporales con el fin de dinamizarlos e integrarlos en la ciudad y de evitar su degradación y la de su entorno.

La proliferación de estos espacios en las periferias urbanas y la imposibilidad de asumir los costes de la construcción de los equipamientos planificados en ellos por parte de las administraciones públicas después de la crisis inmobiliaria llevó al Ayuntamiento de Barcelona a elaborar el Pla BUITS para ceder durante tres años la gestión de varios de estos solares a asociaciones sin ánimo de lucro con propuestas de usos y actividades de interés público sobre estos espacios.

Los objetivos de este plan son: (i) recuperar estos activos urbanos para su uso social, adecuado y potenciando espacios de convivencia en los barrios; (ii) apoyar e impulsar el uso y la gestión comunitaria de bienes públicos municipales mediante el reconocimiento y promoción de experiencias de uso comunitario de lo público; y (iii) evitar la degradación de estos espacios y la aparición de usos no deseados o prácticas incívicas en ellos.

Para su cesión, las entidades públicas o privadas sin ánimo de lucro presentan su proyecto de uso o actividad sobre un solar disponible al Ayuntamiento —19 solares se pusieron a disposición en 2013 y 11 más en 2015— y este evalúa las propuestas atendiendo a las necesidades del barrio, a la flexibilidad y carácter efímero del proyecto, al modelo de autogestión propuesto, a los beneficios sociales de la propuesta y a la falta de previsión de desarrollo del uso definitivo del solar. En la última convocatoria de 2022, los requisitos para la cesión de solares se han centrado exclusivamente en el fomento del verde y la biodiversidad, reservándose para proyectos de huertos urbanos, jardines comunitarios o espacios de biodiversidad.

Hasta el momento, algunas de las prácticas desarrolladas han sido la de huertos urbanos comunitarios destinados a un público general o a colectivos vulnerables, espacios para actividades artísticas, comedores sociales, jardines socioeducativos terapéuticos, espacios para la sensibilización y formación sobre bioarquitectura, centros de dinamización comercial y aparcamientos para bicicletas.

Resultados: En la primera convocatoria, la de 2013, se seleccionaron 12 proyectos de 19 posibles y en la de 2015, 5 de 11 posibles. Los espacios actualmente activos se localizan principalmente en la periferia barcelonesa. El elevado número de solares sin proyecto asignado en ambas convocatorias muestra las limitaciones y dificultades del proceso de adjudicación de los espacios.

Los proyectos desarrollados presentan un alto impacto social pese a su pequeña escala, consiguiendo el empoderamiento de los grupos implicados y favoreciendo la creación de comunidades. Además, estas prácticas permiten generar nuevas formas de relación entre la administración y la ciudadanía, aumentando la participación y la implicación ciudadana y adquiriendo un papel más activo en la creación de espacios y necesidades mediante fórmulas de autogestión y autoconstrucción.