Descripción: Esta buena práctica consiste en la remodelación urbana de un polígono de viviendas construido en la década de los 50 del siglo XX en la periferia barcelonesa y caracterizado por su degradación física y sus problemas sociales.

Esta intervención urbana destaca por partir de la iniciativa vecinal, donde fueron los habitantes del polígono quienes alentaron al Ayuntamiento de Barcelona y al gobierno regional de la necesidad de intervenir en su barrio a través de un Plan Comunitario elaborado por los habitantes donde diagnosticaron los principales problemas del barrio (problemas estructurales en las viviendas, carencias en servicios y equipamientos, deficiente urbanización, mala accesibilidad y comunicación con el resto de la ciudad, problemas de drogodependencia, paro, conflictos sociales, envejecimiento, etc.). Las instituciones públicas asumieron su responsabilidad e iniciaron los trabajos de remodelación manteniendo comunicación con los habitantes a través de diferentes procesos de participación ciudadana como la creación de tres comisiones interinstitucionales formadas por los vecinos, las administraciones y los técnicos, la celebración de talleres, la constitución de un comité técnico en el barrio, la celebración de asambleas y la redacción de un boletín periódico de información. Todo ello dio lugar a un marco urbanístico consensuado entre las instituciones públicas y la Federación Regional de Asociaciones Vecinales que marcó los objetivos e intervenciones del proyecto. Este se caracterizó por su enfoque integral interviniendo tanto en los aspectos físicos (vivienda y espacio público), como sociales (participación, empleo, formación e inclusión social), atendiendo además a la sostenibilidad urbana.

Entre las intervenciones físicas destaca el derribo de varios bloques de viviendas afectados por aluminosis y la rehabilitación de las viviendas mantenidas ampliando su superficie e instalando ascensores para mejorar su accesibilidad. Los nuevos edificios se construyeron siguiendo criterios de ecoeficiencia en los temas de uso de energía solar térmica, aislamiento de fachadas, tratamiento de aguas residuales y residuos. En ellos se acogió a toda la población residente realojada, junto con nuevos habitantes con el objetivo de mejorar la inclusión social de los habitantes. También destaca la reurbanización del espacio público para mejorar su calidad y accesibilidad a personas con movilidad reducida, el ajardinamiento de espacios verdes y la reserva de espacios para el desarrollo de huertos comunitarios e invernaderos como espacios de socialización y para el autoabastecimiento. Se han rehabilitado varias edificaciones patrimoniales asociadas al abastecimiento de agua de Barcelona para instalar un centro de educación ambiental y se han mejorado las conexiones del barrio con la sierra de la Collserola como espacio para el ocio y esparcimiento de sus habitantes. De igual forma, se ha mejorado la conexión del barrio con el resto de la ciudad diseñando itinerarios peatonales y ciclistas para la conexión con el resto del distrito y rediseñando las rutas de los autobuses urbanos por el barrio.

En lo referido a la inclusión social, se desarrollaron multitud de cursos y actividades desde diferentes equipamientos educativos para alfabetizar a la gente mayor, ofrecer varias formaciones de carácter laboral y favorecer la conciliación laboral. Asimismo, se fomentó el comercio local incentivando la instalación de negocios mediante la creación de pequeñas cooperativas.

Resultados: El barrio está totalmente transformado y ya no presenta los índices de envejecimiento, decrecimiento, conflicto social y abandono que le caracterizaban.

Se han conseguido resultados favorables en lo referido a la disminución del consumo de energía y agua. También en la reducción de los residuos y la mejora de la movilidad.

El proyecto ha sido considerado un éxito por diferentes organismos nacionales e internacionales, siendo merecedor del premio Buenas Prácticas del Concurso de Naciones Unidas (UN-Habitat) en 2008